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Un ejercicio de solidaridad

La esquina de Kepler y Madero en Ciudadela, como tantas otras calles de nuestro distrito, cambió profundamente su fisonomía y dinámica a partir de la pandemia: el reconocido lugar para la práctica deportiva se transformó en el núcleo para la distribución de la ayuda social de la Mesa del Peronismo de Tres de Febrero en ese barrio.

 

Para conocer esa historia, el trabajo que allí realizan y las perspectivas para el resto del año dialogamos con Germán Beunza, miembro de la Agrupación Perón Vive, y responsable del subcomité de crisis de la Mesa en Ciudadela.

 

¿Cómo fue el proceso de transformar ese inmenso lugar dedicado al deporte en un espacio para brindar ayuda social a los vecinos?  

 

Realmente fue un proceso muy natural, ya que los responsables del PFC Ciudadela son ante todo grandes amigos, y tienen un firme compromiso con los vecinos de nuestro barrio. En tiempos normales ofrecen un espacio para la práctica del deporte, que mantiene a los chicos fuera de las calles y les da la posibilidad de desarrollar hábitos saludables. Entonces, cuando Horacio Alonso me dio la oportunidad y la resposnabilidad de coordinar la distribución de la ayuda social en Ciudadela, profundizamos el trabajo previo adecuando el lugar para instalar allí el subcomité de crisis, desde donde articulamos el trabajo para todo el barrio.

 

¿Específicamente qué tareas desarrollan? 

 

Muchísimas, en una dinámica que ha ido cambiando con la evolución de la pandemia, pero que como núcleo tiene tres grandes ejes: La distribución directa de bolsones de ayuda alimentaria para los vecinos de la zona a través de nuestro grupo de amigos y militantes de la Perón Vive, la realización de ollas solidarias en diferentes puntos del barrio, y, finalmente, la distribución indirecta de bolsones de ayuda a través de la articulación con referentes de otras agrupaciones que también trabajan en la zona.

 

¿Es decir que al subcomité acuden representantes de diferentes espacios? 

 

Desde ya, porque como peronistas estamos convencidos que la potencia de la unidad es un eje central para superar esta situación inédita, que nos sorprendió a todos, pero que también nos encontró mancomunados honrando nuestro principal compromiso que es ayudar a los vecinos.

 

¿Qué ha sido lo más difícil en estos 4 meses de trabajo?

 

Como decía antes, la gravedad de la situación y su carácter inédito nos obligó a reacomodar nuestros planes de trabajo, pero afortunadamente pudimos estar a la altura de las circunstancias gracias a la experiencia de tantos años de militancia. Luego, fue bastante duro cuando algunos amigos y militantes lamentablemente se enfermaron, aunque afortunadamente todos de manera leve, y fue impactante ver aún en esos momentos su principal preocupación era garantizar que la ayuda siga llegando a los vecinos.

 

Finalmente, aunque entendiendo que este no es un momento para generar debates electorales, el trabajo cotidiano en la calle junto a los vecinos en medio de esta crisis hizo aún más evidente la ausencia del estado municipal. Es duro ver como desde la Agrupación debemos resolver cuestiones por la total ausencia de un municipio presente y atento a las necesidades de la gente.

 

¿Y lo más satisfactorio?

 

Es difícil pensar que una pandemia y la crisis sanitaria, económica y social que conlleva pueda tener algún saldo positivo, pero sí creo que toda esta situación sirvió para poner nuevamente en valor la importancia de la política, de la militancia territorial, y del compromiso con el bienestar del otro que abrazamos todos los peronistas, trabajando día a día para hacer la situación menos dura, pero también para construir un después de esta crisis mejor para todos nuestros vecinos.

 


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